Aquí tenéis un fragmento del «Cantar del Destierro» del Mío Cid. Leedlo detenidamente y responder a las preguntas que os planteo al final. Ya tenéis muchos datos sobre esta obra cumbre de la épica medieval española, así que os será más fácil responder con acierto. Sabéis que no sirven respuestas esquemáticas ni escuetas, y hay que escribir exactamente lo que se quiere decir. Redacta SIEMPRE tus respuestas.
Lo invitarían con agrado, pero ninguno lo osaba
el rey don Alfonso tenía muy gran saña;
antes de la noche entró en Burgos su carta,
en gran recaudo y debidamente sellada:
que a mío Cid Ruy Díaz, que no le diese nadie posada,
y aquel que se la diese supiese, por su palabra,
que perdería sus bienes, más los ojos de la cara,
y aun además los cuerpos y las almas.
Gran pesar tenían las gentes cristianas:
se esconden de mío Cid, no osan decirle nada.
El Campeador se encaminó a su posada;
cuando llegó a la puerta la encontró bien cerrada,
por miedo del rey Alfonso así la prepararan:
que si no la quebrantase a la fuerza, no se la abriesen por nada.
Los de mío Cid con altas voces llaman,
los de dentro no les querían replicar palabra.
Aguijó mío Cid, a la puerta se acercaba,
sacó el pie del estribo, un fuerte golpe le daba;
no se abre la puerta, que estaba bien cerrada.
Una niña de nueve años ante su vista estaba:
“Ya Campeador, en buena hora te ceñiste la espada.
El rey lo ha vedado, de él entró anoche su carta,
en gran recaudo y debidamente sellada:
que no os osaríamos abrir ni acoger por nada,
si no perderíamos nuestros bienes y las casas,
y además los ojos de las caras.
Cid, con nuestro mal, no vais a ganar nada;
mas el Creador os valga con todas sus virtudes santas”.
Esto la niña dijo y se volvió a su casa.
Ya lo ve el Cid que del rey no tenía gracia.
Apartóse de la puerta, por Burgos aguijaba,
llegó a Santa María, entonces descabalga.
Se hincó de rodillas, de corazón rogaba.
La oración hecha, entonces descabalga.
Mio Cid Ruy Díaz, el que en buen hora ciñó espada,
acampó en la glera, cuando no lo acoge nadie en casa;
a su alrededor, una buena compaña.
Así acampó el Cid, como si estuviera en la montaña.
COMENTARIO DE TEXTO
- Resume el contenido del texto.
- Indica el tema del que trata.
- Explica la estructura del fragmento.
- Explica las características métricas de los diez primeros versos.
- Señala los epítetos épicos que aparecen y explícalos. ¿Aparecen otros recursos literarios? Justifica tu respuesta.
- Define el significado de las palabras en negrita del texto.